Devocional semanal: 4 de Junio de 2016.
Cumple tus promesas.
Hola, buen día.
Todos en algún momento
sentimos que estamos cargados, la universidad, el trabajo, la familia. Te cansas
con facilidad, ya no es fácil estar en la rutina es como si estuvieras en un embotamiento
mental.
Cuando se acabó la creatividad
es porque se acabó la comunicación con el padre y contigo mismo.
Nuestro padre todo el tiempo quiere lo mejor para nosotros, apoyarnos, hablar
(Por medio de la palabra, el ayudo, la vigilia y las predicas (misa, servicio, reunión))
También podemos perder la relación con nosotros cuando no sacamos tiempo para
reflexionar de lo que hacemos. Es muy importante saber conocernos y meditar
nuestra vida porque así tendremos ideas claras y puedes entregar cosas claras.
Imagina si nosotros mismos
no nos entendemos y no buscamos la comprensión del padre, eso nos hacemos susceptible
al error debido a que nos llenamos en banalidad mas no en eternidades. De
igual manera entregamos el vacío a los demás y no somos puente para unir al prójimo.
Un consejo para la vida que aprendí
en Cristo Jesús es tener tiempo para Dios y tiempo para mí a fin de reflexionar lo que
pienso y lo que hago en su amor. Damos lo que somos y si no sabes que eres ¿Qué
darás?
Antes de comenzar ten un
momento a solas con Dios, pídele claridad de tus emociones y sentimientos a fin
de que tú y el padre sean uno solo.
Precauciones al
acercarse a Dios
5 Cuando entres en la casa
de Dios, abre los oídos y cierra la boca. El que presenta ofrendas a Dios sin
pensar hace mal. 2 No
hagas promesas a la ligera y no te apresures a presentar tus asuntos delante de
Dios. Después de todo, Dios está en el cielo, y tú estás aquí en la tierra. Por
lo tanto, que sean pocas tus palabras.
3 Demasiada actividad trae
pesadillas; demasiadas palabras te hacen necio.
4 Cuando le hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, porque a
Dios no le agradan los necios. Cumple todas las promesas que le hagas. 5 Es
mejor no decir nada que hacer promesas y no cumplirlas. 6
No dejes que tu boca te haga pecar, y no te defiendas ante el mensajero del
templo al decir que la promesa que hiciste fue un error. Esa actitud enojaría a
Dios y quizá destruya todo lo que has logrado.
7 Hablar no cuesta nada, es
como soñar despierto y tantas otras actividades inútiles. Tú, en cambio, teme a
Dios.
Eclesiastés 5: 1 – 7 NVI.
Cuando nos está yendo bien
es fácil hacer promesas con facilidad, de pronto eso que prometemos no es
pesado para nosotros y de momento es fácil conseguirlo. Pero en los días difíciles no es fácil conseguirlo entonces es ahí cuando
sentimos la carga y el peso de lo que prometemos.
Cuando le prometes
algo a Dios piensa bien que es lo que prometes y hazte preguntas como: ¿Puedo
yo con esto? ¿Puedo mantener mi promesa? ¿Por qué quiero prometer esto?
Dios es alguien muy serio,
responsable y honorable lo que el promete a nuestras vida se cumple, pero el
siente tristeza cuando lo que le prometemos no somos capaz de cumplirle. Una promesa es un compromiso en amor de hacer algo sin recibir nada
a cambio. Dios prometió a nosotros darnos libertad por medio de su
hijo y lo hizo Jesús descendió murió por nosotros y todo aquel que le ame y obedezca
tendrá su reconciliación con el Padre.
No estemos prometiendo cosas
a la ligera, No solo a Dios sino también a nuestro prójimo. Si eres consiente
que no podrás soportar un compromiso no lo hagas es mejor reconocer que no se
puede que no cumplir con tu palabra.
La euforia nos hace decir cosas más la prudencia nos hace cumplirlas.
Bendiciones.
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