Devocional semanal: 12 de marzo
de 2017.
ABRE TU CORAZÓN.
Hola, buen día.
Cuando termino de hablar con
mis papas ellos siempre me bendicen. Pero mi mama hace algo aún más especial,
ora por mí.
“Hija
mía, que mi Dios me la bendiga, me la proteja, me la libre de todo peligro y de
todo mal”
Hasta el momento no había visto
lo maravillosa que era esta oración, primero lo está haciendo alguien que es figura
de autoridad en mi vida, segundo mi mama le pide a Dios:
Que tenga la provisión diaria (alimentos, dinero, ropa), me proteja: es decir me de sabiduría para tomar buenas y sabias decisiones, me libre de todo peligro y de todo mal, que traduce algo como: cree en Dios firmemente y obedécelo para que Él siempre esté en todos tus caminos y así no ocurra mal alguno en tu vida.
Mi mamá no solo me dice esto a
mí, se lo dice a mis hermanas al igual que mi papa cada vez que salimos,
viajamos o la llamamos por teléfono.
Es una oración aparentemente
sencilla, pero muy poderosa. ¿Por que contarles algo como esto?, por una sencilla razón,
Dios obra por todos nosotros siempre y desea que estas cosas pasen en nuestras
vidas, como el padre amoroso que es Él.
Nosotros debemos empezar no
solo por nosotros, sino por nuestras familias, amigos para que ocurra el
cambio. Dios iba a destruir al pueblo de Israel por su desobediencia en el desierto,
pero Moisés oro fervorosamente y Dios por amor a Moisés no lo hizo, tuvo
misericordia de Israel.
Nuestras oraciones pueden ser
como las de moisés, gestoras de cambio. Lo que declaramos con nuestra boca eso
emite nuestro corazón. Así que la invitación de hoy es a orar y orar como lo
hizo Cristo Jesús por su iglesia.
Antes
de comenzar ten un momento a solas con Dios y pídele que te enseñe a orar y
veras que es de las más geniales conversaciones que tendrás en tu vida.
No se inquieten por nada; más bien, en
toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses
4:6-7 NVI
La vida no es plana, ella
tiene subidas y bajadas. Pero todo al final se resuelve. Por ahí dicen que no
hay mal que dure mil años y es cierto. Todo tiene una resolución, pero todo está
de qué lado de la banca estas porque puede ser buena o mala dependiendo de la situación.
La felicidad no es estar
sonrientes todo el tiempo, sino estar tranquilos ante momentos buenos y malos
porque Dios está con nosotros. No importa la situación que se presente, sé que
hay tiempos para llorar, para preocuparse, reír, frustrarse, enojarse. Y
debemos vivirlo, no hay porque reprimir nada.
Pero recordemos que tenemos un
Dios que nos consuela y que la oración es una conversación amena. El cómo
nuestro padre no nos va a tirar piedras, sino como cualquier padre amoroso nos responderá
con amor.
El amor de Dios se expresa en
muchas maneras, desde el apoyo en nuestras metas, planes y sueños. Hasta en
esas situaciones que son tan frustrantes pero que si analizamos bien nos esta corrigiendo
y direccionándonos.
Así que oremos, hablemos,
digamos a Dios todo lo que sentimos y dejemos que nos guíe. Para sentir la paz
que sobre pasa toda paz.
Bendiciones.
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