Devocional semanal: 2 de marzo
de 2017.
LA ALEGRÍA DE DAR.
Hola, buen día.
Cuando somos jóvenes tenemos
una energía inagotable, creemos que podemos hacerlo todo y que la verdad no
existen límites. Luego viene el primer problema y pensamos que no somos tan
buenos como creíamos, empezamos a desconfiar y de un momento a otro nada nos es
suficiente o nos place. Esto es debido a que perdemos nuestra capacidad de
asombro, de impresionarnos por las cosas más mínimas de la vida. La vainilla
nos sabe igual, no es como el primer día y nos encerramos a realizar las mismas
rutinas de siempre. Es por eso que la vida es tan dinámica y cambiante y nos
coloca en diferentes situaciones para que podamos entender lo diverso y multicomplejo
que es este universo.
Hay días buenos, malos,
regulares. Pero el tiempo es cambiante y debemos saberlo administrar y
responsabilizarnos de ellos. Un día estas en el colegio y a los años en la
universidad y de un momento a otro estas por terminar y comenzar a trabajar. Y
llega un punto en el que dices: “en que momento todo paso tan rápido, no lo
disfrute” y es porque creemos que disfrutar es todo aquello que nos produce
placer inmediato. Pero la verdadera felicidad es la construcción del camino.
Dios no diseño una vida
aburrida para nosotros, sino una vida llena de experiencias diversas que nos
lleven a reflexiones que nos permitan valorar lo genial que es vivir. Así que
disfruta tu trabajo, tu familia, amigos, tu tiempo a solas, tu tiempo con Dios.
No temas y lucha porque Dios siempre esta dispuesto para ayudarte.
Antes de comenzar ten un
momento a solas con Dios y pídele que reactive la curiosidad y el asombro en
nuestras vidas.
Sembrar con generosidad
6 Recuerden esto: El que
siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en
abundancia cosechará. [B] 7 Cada uno debe dar según lo que
haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama
al que da con alegría. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que
siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra
abunde en ustedes. 9 Como está escrito:
«Repartió sus bienes entre los
pobres;
Su justicia permanece para siempre». [C]
10 El que le suple semilla al
que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará
que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. 11 Ustedes serán enriquecidos en
todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por
medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a
Dios.
2 corintios 9: 6 – 11 NVI.
Hoy Dios quiere hablarnos de
la generosidad, muchos cuando leen este versículo piensan en las ofrendas y
diezmo pero Dios no solo se refiere a eso, sino al hecho de compartir con
otros. Este siglo XXI solo se piensa en dinero, al punto que estudiamos para
entrar a una universidad, que nos asegure un buen trabajo y así conseguir más
dinero. No digo que el dinero no es importante, pero no debe
ser una prioridad en nuestras vidas.
Ser generosos no es sinónimo de
dinero. Podemos ser generosos con nuestro trabajo a la comunidad, en el servir
a otros, en hablar con aquel que lo necesita, llorar junto aquellos que lloran, en dar a otros lo que les hace falta. Hay tantas formas de ayudar por ejemplo
en nuestras casas con nuestros deberes.
Les contare na historia, un
señor tenía un negocio y tenía un empleado que era laborioso, y sabía que su
jefe apenas estaba empezando así que decidió de manera voluntaria trabajar
horas extras a modo de ayudar en la empresa. No lo hizo con ningún interés,
solo vio que ese hombre era trabajador y le motivaba ayudarlo. Con el tiempo la
empresa fue creciendo y su jefe nunca se olvidó de su primer empleado, al punto
de que sin tener estudios hoy en día administra su empresa.
La generosidad es abrir y
compartir de lo que tenemos a otros, no pensando en que podemos recibir a
futuro. Sino dando por la mera alegría de bendecir a nuestro prójimo con lo que
Dios nos ha provisto.
Seamos creativos y miremos a
nuestra alrededor y demos a otros de lo que Dios nos ha dado.
Bendiciones.
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