Abril

Devocional semanal: 22 de Abril de 2016

12:26 p.m.




COMO SUPERAR EL FRACASO.



Hola, buen día.
Bendiciones.

Es cierto no pude entregar el devocional a tiempo esta semana, debió haber sido el domingo o lunes pero hoy viernes es que puedo escribir. Semana de parciales, no es la mejor excusa y de hecho no debería serlo porque Dios siempre debe ser primero sobre todas las cosas, pero también es cierto que de la abundancia del corazón habla la boca y durante esos días solo les hubiera hablado de medicina interna. Quiero confesarles esto  porque como todos, aunque amemos a cristo debemos estar en paz con el universo para poder hablar de él, NO PODEMOS HABLAR DE LO QUE NO SENTIMOS.

Dios siempre estará para nosotros, nosotros lamentablemente no estamos todo el tiempo para él, aunque debería de ser así. Sin embargo si tienes días sin orar, si crees que eres indigno de su precia, quiero decirte algo: es cuando más debes estar con Dios. Jesús no vino por justo, vino por pecadores y por eso todos los días debemos buscar y aprender amar al señor con todo nuestro ser, alma y corazón porque todos los días le faltamos pero como buen proveedor él nos surte de su amor y nos cambia. Así que no pienses más que no eres digno de Dios porque todos los somos. Por amor se entregó Jesús a este mundo y Dios nos perdonó, ve a busca a Dios que él está dispuesto a amarte y hacerte criatura nueva. Las cosas viejas pasaron ahora son hechas nuevas por la sangre de Cristo.

Antes de comenzar ten un momento a solas con Dios.

Hay cosas que no podemos evitar en nuestra vida diaria y es el FRACASO, LA FRUSTRACION Y EL ABANDONO. En cualquier momento nos toca ya sea por una cosa y otra llámese universidad, familia, amigos, trabajo, sea cual sea no estamos exentos de que esto pueda ocurrir; y cuando ocurra esto nos producirá dolor, tristeza… Debemos levantarnos y seguir.

Si!!! Seguir, levántate, sacúdete el polvo, límpiate las heridas si las tienes quedarte ahí sentado, tirado en el suelo no te hará bien. Aprende de tus caídas es cierto tenemos el derecho a equivocarnos pero también el deber de reflexionar sobre lo malo que hicimos.

Estas situaciones nos marcan, es probable que algunas no las olvidemos. Debemos perdonarlas y perdonarnos el error. Perdonar no es olvidar es recordar aquel momento sin dolor. Ya está bueno de quedarnos en el mismo lugar haciendo las mismas cosas por miedo al fracaso, a la frustración y al abandono de manera que la vida nos estaría pasando y no nosotros pasándole a la vida.

Cuando pensemos en estas 3 palabras recordemos un salmo muy particular.

Salmo 91

1  El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
2 Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.»
3 Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas,
4 pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio.  ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
5 No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día,
6 ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
7 Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará.
8 No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.
9 Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección,
10 ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.
11 Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
12 Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna.
13 Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes!
14 «Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia;  lo libraré y lo llenaré de honores.
16 Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación.»
Salmos 91, NVI.

Amén, amén y amén. Gloria a Dios por siempre y para siempre que ante que las cosas sucedan Él siempre nos está dando aliento. Dios no te da cargas que no puedas soportar. Es cierto no todos los días serán buenos o geniales, también se necesitan de días grises y fríos para valorar el calor.

Ya está bueno de tanto llorar y quejarse es hora de confrontarnos con nosotros mismos, reconocer nuestra debilidad y hacer de nuestro agijon nuestra fortaleza.

Bendiciones, buen día.
Sea Dios con ustedes.

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