Devocional semanal: 8 de
septiembre de 2016.
TIEMPO PARA VOLVER A HACER LO BUENO.
Hola, buen día.
Sabes la vida no es fácil pero
es buena. Muchas cosas podemos pensar en un mismo día, desde que vamos a comer
hasta que vamos a hacer hasta en cada hora. Todo lo hacemos deberíamos o lo
hacemos con propósito con la intención de que cada día estemos haciendo creer
el árbol de nuestro proyecto de vida.
Llegará un punto en que
sentiremos que habremos cumplido todas nuestras metas y diremos esta vida no
tiene sentido ya he hecho esto, aquello o lo otro y como que se perderá el
sabor de la vida. Lo cierto es que
aunque hayamos conseguidos metas, la vida no está en los propósitos que ven
nuestros ojos sino que están más allá de lo que podemos imaginar. Lo que quiero decir es que cuando sientas que has logrado lo que te
propones, hay más de lo que puedes hacer. Este es el punto donde
debemos ponernos creativos e imaginar y visionar nuevos proyectos, nuevos
sueños. La vida no es lo que te imaginas la vida está en renovar
y alcanzar nuevos sueños y metas.
Jesús no nos hizo fértiles para
unas cosas, nos hizo fructífero para todo aquello que podamos hacer, y lo
multiplicara aún más si lo hacemos por fe, y la bendición será aún más grande
si lo hacemos dentro de su propósito.
Así que si creíste que ya
hiciste todo lo que tenías por hacer no pienses más esto, y refúgiate en Dios.
Dile Señor sigue sembrando aún más porque mi vida es tierra fértil y hasta el último
de los días quiero honrarte dando fruto. No es Dios el ser más genial que
puedas conocer. Él contantemente estará renovando las metas y sueños que
tenemos a fin de que vemos una vida con propósito.
6 Hacen mal en jactarse. ¿No
se dan cuenta de que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? 7
Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura,
como lo son en realidad. Porque Cristo, nuestro Cordero pascual, ya ha sido
sacrificado. 8 Así que celebremos nuestra Pascua no con la vieja levadura, que
es la malicia y la perversidad, sino con pan sin levadura, que es la sinceridad
y la verdad.
9 Por carta ya les he dicho
que no se relacionen con personas inmorales. 10 Por supuesto, no me refería a
la gente inmoral de este mundo, ni a los avaros, estafadores o idólatras. En
tal caso, tendrían ustedes que salirse de este mundo. 11 Pero en esta carta
quiero aclararles que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano,
sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal
persona ni siquiera deben juntarse para comer.
1 Corintios 5: 6 -11 NVI.
Lo que Dios quiere que
aprendamos el día de hoy es que si decidiste llevar una vida en santidad (aclarando
que en santidad es vivir en su palabra y enseñanza) esto debe verse en todos los aspectos de
nuestra vida. De tal manera que no debemos imitar las
cosas que hacíamos anteriormente porque nuestros ojos han sido abiertos a la
verdad así que nada debemos hacer en volver a la mentira.
En nuestro diario vivir es común
que veamos a personas que flaquean en su fe y vuelven a sus vidas antiguas o
personas que aún no llevan una relación con Cristo Jesús. No por esto debemos
excluirlas de nuestras vidas, todo lo contrario debemos llegar a ellas y
mostrarles que Dios siempre está dispuesto a amarles, a perdonarles.
Está a la espera de ellos, que los espera como el padre espero a su hijo
prodigo y que los recibirá con una gran fiesta.
Recordemos que nos hemos hecho
justos por la gracia de Cristo y antes y ahora aún seguimos batallando con
cosas, para no deshonrar su nombre. Bien
lo decía Cristo yo no vine por justos sino por pecadores, el no juzgo a
nadie cuando bien podía hacerlo (Recordemos el episodio con la mujer adúltera, pidió
que lanzara la primera piedra el que esté libre de pecado y le dijo ella yo no
lo hago vete y no peques mas) ósea si el mismo hijo de Dios no
arremete contra nadie sino que le perdona, le enseña, le habla a nuestros
corazones y nos dice vete no lo haga más, ¿quién somos nosotros para hacerlo? Y
creernos superiores a alguien.
Es
tiempo que nuestro corazón se llene de amor y respeto por nuestro prójimo y
hagamos lo que Cristo nos invita y es amar a nuestro prójimo con el mismo amor
con el que él nos amó.
Bendiciones.
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