Devocional semanal: 25 de septiembre
de 2016
EL AMOR QUE LUCHA.
Hola, buen día.
Todos los días de nuestras
vidas debemos estar agradecidos, pase lo que pase, siempre agradecidos. A lo mejor en el momento de la dificultad lo
que hacemos es renegar y decir que es muy injusto con nosotros la situación,
pero lo cierto es que por muy difícil que parece, tenemos fuerzas así sean
pequeñas pero lo suficiente para poder seguir adelante.
Esta semana que paso tuve unos
días algo difíciles, rotaciones largas, debía de leer varios temas por la noche
y me toco cambiarme de casa. Y aunque parecía que me molestaba poco, realmente
estaba muy molesta. No estuve tranquila y quise resolver todo por mis medios.
Si, pude resolver el problema, conseguir donde descansar, leer todos los temas
antes de rotación, tener resistencia para las largas horas que debía estar en movimiento,
pero yo no estaba tranquila aunque no lo decía en voz alta, consideraba que no debía
estar pasando por situaciones como esas. Falle,
no me acogí al primer principio y es que Dios es mi fuerza y me refugio, Él
estaba conmigo y no mas era dejarle mi carga y seguro me hubiera sentido más acompañada
y no hubiera sentido tan pesada la semana que paso. Eso lo entendí hoy
cuando estaba más en clama, cuando estaba
más ligera.
No
importa lo que pase, siempre debemos estar tranquilo hay un Dios que nos ayuda
a levantar nuestras cargas y nos puede hacer más amenos el camino.
Es cierto no todo el tiempo pensamos de esta manera, pero es algo que debemos
empezar a adquirir como habito en la vida. Todo lo que tenga que pasar pasara, ahora si lo vemos como una
oportunidad de mejorarnos a nosotros mismo y conocer nuevos aspectos de la vida,
sentiremos lo bello que es vivir.
Esta semana con todo y lo loca
que fue, agradezco porque tuve amigos que me acogieron cuando lo necesite, pude
ver a mi familia que tenía 2 meses que no veía y deleitarme de participar en
algo que era muy importante para mi hermana. Aunque los días fueron largos y el
cansancio se sintió pronto pude descansar y llevar a cabo mis actividades.
Aunque sientas que te estas ahogando, recuerda que por alguna razón
respiras y ese respiro no viene de tus propias fuerzas, sino de un padre que está
en los cielos que te da fortaleza.
Antes de comenzar, ten un
momento a solas con Dios. Agradece por todo, lo bueno, malo. Lo complejo y lo fácil.
Jesús sana a diez
leprosos
11 Un día, siguiendo su viaje
a Jerusalén, Jesús pasaba por Samaria y Galilea. 12 Cuando estaba por entrar en
un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres enfermos de lepra. Como se
habían quedado a cierta distancia, 13 gritaron:
— ¡Jesús, Maestro, ten compasión
de nosotros!
14 Al verlos, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios.
15 Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes
voces. 16 Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no
obstante que era samaritano.
17 — ¿Acaso no quedaron
limpios los diez? —Preguntó Jesús—. ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿No hubo
ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? 19
Levántate y vete —le dijo al hombre—; tu fe te ha sanado.
Lucas 17: 11 – 17 NVI.
Todo el día aclamamos por un
milagro especial y realmente pasan cosas espectaculares en nuestra vida. Empezando,
tienes vida, duermes, respiras, comes. Dios puede darnos eso que tanto
anhelamos y hacer como si nada, pensar “yo
me lo merecía”.
Sabes no merecemos
nada, vivimos por gracias. El Padre creo esta tierra para compartir de su maravilla
con nosotros, y luego nos dio el mejor regalo de todos: nuestra salvación, comunicación
directa con su profundo amor. Cristo Jesús es el
mejor regalo que podamos recibir.
El amor de Dios es el susurro
que acompaña en nuestra vida, que nos dice animo hijo, es el aliento que nos
alienta, el fresco en medio del calor. Es la fuerza que se necesita cuando
estamos por tirar la toalla. Jesús es y será por
siempre y para siempre el impulso que le da fuerza a nuestra vida.
Es tiempo de ser más
agradecido y ser como ese hombre, el único de diez hombres que regreso a dar
gracias. Que estas esperando agradece, alaba, llénate de
júbilo es Dios quien está a favor tuyo. No es cualquiera es Dios. No te
lamentes más, antes levántate, sacúdete y clama que el responderá.
Estos hombre se presentaron y
dijeron límpiame y al instante fueron sanos, Pide que se te dará y recuerda a
regresar a dar las gracias de lo bueno que ha sido Cristo Jesús en nuestra
vida.
Demuestra que a pesar de los
malos ratos tienes un Dios que te fortalece, esa es la diferencia entre
creyentes y no creyentes. Que nosotros podemos sentir que no podemos pero
recordamos que tenemos una fuerza que nos acompaña y nos impulsa y nos lleva a
seguir adelante.
Alma mía alaba a jehová porque
siempre es bueno y grande es en mi vida, Cristo Jesús gracia por estar ella y deseo
que todo de mi sean tuyo por siempre y para siempre que seas la mejor canción que
entona mi corazón, el paso de cada mañana y la palabra de mi boca. GRACIAS.
Bendiciones.
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