Devocional semanal

AGRADECIDOS.

2:44 p.m.

Devocional semanal: 13 de noviembre de 2016

AGRADECIDOS.




Hola, buen día.

El tiempo es una magnitud que solo tiene una dimensión, desde que empezó el punto cero (la creación)  también el tiempo aconteció, y desde entonces no ha dejado de parar. El tiempo es también relativo, depende del observador y de las circunstancias en la que se encuentra – Cuando me como un chocolate pienso que pasaron segundos, cuando probablemente fueron algunos minutos.

Siempre nos estamos quejando del tiempo, que no nos  alcanza, que ojala pase rápido, algunos porque necesitan, otros porque les sobra. Pero lo que es indiscutible es que el tiempo es el cronometro de nuestras vida. El ser humano valora la vida porque sabe que el fin de él es la muerte, esta viene dada en el mejor de los casos cuando ha pasado mucho rato (vejez) o simplemente se acaba de un momento a otro.

Quiero decirte que el tiempo que hay en tu vida es justo y necesario para que desarrolles tu potencial. El problema es que no nos enseñaron como administrarlo y la verdad es que no hay una fórmula mágica para saberlo, porque depende de cada uno de nosotros.

Lo que he aprendido es que tanto justos como injustos a todos le llegan tiempos buenos y malos, pero recordemos que detrás de cada uno de ellos está Dios, y algo quiere enseñarnos para llevarnos a otro nivel. Gocemos del tiempo que tenemos, hagamos las cosas con sabiduría e inteligencia, amemos, comamos, juguemos, bailemos, estudiemos, hagamos todo lo que es agradable ante los ojos de Dios.

Una cosa siempre es real nunca nos separemos de Dios, quien con él está edifica sobre la roca y su fruto nunca, jamás se seca. Teniendo a Dios por primero no hay cosa imposible, no pensemos que llevar una vida en Dios es una vida aburrida y monótona, que no tiene sabor, que todo está prohibido. Eso es lo más lejano a la verdad. Una vida en la que Cristo Jesús es el centro de nuestras vidas en una vida de libertad, bendición y felicidad.

Salmo 27
Salmo de David.

1 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?
2 Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen.
3 Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí,  yo mantendré la confianza.
4 Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del y recrearme en su templo.
5 Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca.
6 Me hará prevalecer  frente a los enemigos que me rodean; en su templo ofreceré sacrificios de alabanza y cantaré salmos al Señor.
7 Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo;  compadécete de mí y respóndeme.
8 El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco.
9 No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo, porque tú has sido mi ayuda. No me desampares ni me abandones, Dios de mi salvación.
10 Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.
11 Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud por causa de los que me acechan.
12 No me entregues al capricho de mis adversarios, pues contra mí se levantan falsos testigos que respiran violencia.
13 Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del en esta tierra de los vivientes.
14 Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!

Este salmo es hermoso, vemos la necesidad de David por restablecer su relación con Dios, pero sobre todo su deseo por estar en su presencia, por realizar las cosas que le son agradable Dios. No por los beneficios que esto le traería sino porque realmente su corazón quiere estar en su presencia y amarle y dejarse llevar por su amor.

Por algo Dios siempre se refiere a David como un hombre cuyo corazón era conforme a su voluntad.

Que el propósito de nuestras vidas sea buscar siempre su presencia, seamos alabadores como David que no le importaba bailar en las murallas de Jerusalén para adorar a Dios, que no le importaba que decía la gente, si creían que era un loco como una vez le dijo su primera esposa y esto a él no le importo solo le interesaba amar a Dios, porque siempre ha sido bueno y justo con él y ha visto como el amor de Dios y como trasforma y bendice todo lo que hay en la vida.


Yo quiero que mi vida, Dios diga que es un perfume grato y que mi corazón era conforme a su voluntad. ¿Que deseas? No es fácil pero todos los días si es este nuestro propósito podemos hacerlo, David no era perfecto pero lo logro todo porque en su corazón siempre estaba el deseo de amarle.  

Bendiciones. 

You Might Also Like

0 comentarios