Devocional semanal: 29 de noviembre
de 2016.
EL INICIO Y FIN DE TODO.
Hola, buen día.
La vida está conformada por
etapas y ciclos, todos y cada uno de ellos son necesario para poder llevar a
cabo el propósito que Dios tiene en nuestra vida. Todas las situaciones que en
tu vida acontece es para edificarte, para mejorarte y enseñarte como llevar una
vida mejor – claro esta si aprendes y reflexionas de cada una de estas
situaciones- lo mejor es que nada es casualidad.
Toda tu familia puede vivir
una misma situación pero cada uno lo asimila de manera diferentes, porque a
cada quien lo edifica de una manera distinta. Mi última hermana esta semana que
paso, acabo de terminar una de sus etapas; el colegio y pronto está por iniciar
la universidad, me abruma como pasa el tiempo, pero es algo que no puedo
detener, son sus etapas y su vida y sé que Dios siempre está haciendo algo
bueno.
Ahora cuando comiences nuevas etapas
recuerdas que estas requieren de compromiso y todo aquello que requiera un
compromiso, también lleva consigo un sacrificio personal, me gustaría decirles
que este pensamiento es mío pero fue algo que aprendí del pastor Andrés Spyper. Esto
es totalmente cierto, si al igual que mi hermana estas por iniciar nuevas
etapas, no tengas miedo, presenta este nuevo ciclo a Dios, para que él sea el
que este edificando. Algunos momentos no serán fáciles pero Dios todo lo hace
con propósito porque los planes que él tiene para nosotros siempre son de bien
y no de mal y son más grande de lo que podamos imaginar.
En nuestras manos cosas
grandes pueden pasar; pero en las manos de Dios dan frutos al ciento por uno. Así
que no temas, ni desmayes porque es Dios quien siempre te sostiene con la diestra
de su justicia. No esperes más inicia ese proyecto que Dios ha puesto en tu corazón
y mira como tu vida toma gracia y sentido a través de esto.
Antes
de comenzar ten un momento a solas con Dios, y sea el espíritu santo guiando
esta lectura para que edifique y hable a nuestras vidas. En nombre de Cristo Jesús,
amen y amen.
Pablo en Atenas.
22 Pablo se puso en medio del
Areópago y tomó la palabra:
— ¡Ciudadanos atenienses!
Observo que ustedes son sumamente religiosos en todo lo que hacen. 23 Al pasar y fijarme en sus
lugares sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: A un DIOS
DESCONOCIDO. Pues bien, eso que ustedes adoran como algo desconocido es lo que
yo les anuncio.
24 »El Dios que hizo el mundo
y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos
construidos por hombres, 25
ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el
contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas. 26
De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y
determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que
todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está
lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y
existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos
descendientes.”
29 »Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar que la
divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como resultado
del ingenio y de la destreza del ser humano. 30 Pues bien, Dios pasó por
alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas
partes, que se arrepientan. 31 Él ha fijado un día en que
juzgará al mundo con justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello
ha dado pruebas a todos al levantarlo de entre los muertos.
32 Cuando oyeron de la
resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron:
—Queremos que usted nos hable
en otra ocasión sobre este tema.
33 En ese momento Pablo salió
de la reunión. 34 Algunas personas se unieron a Pablo y creyeron. Entre ellos
estaba Dionisio, miembro del Areópago, también una mujer llamada Damaris, y
otros más.
Hechos 17: 22 - 34 . NVI.
Pablo se encontraba en Atenea y
estoicos y epicúreos le preguntaban acerca de este nuevo Dios del que él
hablaba. Colocándose de pies en la plaza empezó a hablar de ese DIOS
DESCONOCIDO del que los griegos rendían culto pero no sabía quién era o que hacía,
pues estaban acostumbrados a creer que cada cosa que existía, era por un dios
particular y no un SOLO DIOS creador de todo lo que EXISTE.
Algunos de nosotros hemos
pensado igual que los griegos, sabemos
que Dios existe pero es desconocido en nuestras vidas. Y le remidamos culto al
dinero, a la belleza, la tecnología, trabajo, todo aquello que es producto del
ingenio humano; pero no, nos damos cuenta de que todo esto es permitido por Dios.
Entonces si todo lo que tenemos
es producto del ingenio humano, realmente estemos agradecidos con todas y cada
una de las personas que elaboran
todas y
cada una de las cosas que tenemos, pero sobre todo alabemos y
exaltemos a aquel que permitió que todas estas cosas acontecieran Dios.
Cristo Jesús nos enseñó a hacer
agradecidos con todo y hacia todos, pero primeramente
nuestro corazón debe estar agradecido con Dios pues es el quien permite que
estas personas estén a nuestro alrededor y por medio de ellas nos bendice.
Tengo la bendición de tener
una familia muy amorosa y que cada vez que los necesito me socorren y me
ayudan, no solo me proveen sino aún más me dan lo más importante, amor. El amor
es lo que sostiene y edifica cualquier persona, pero aún más estoy agradecida
con Dios porque ellos sean mi familia, realmente exalto a Dios, porque si no fuera
porque el motiva en ellos, en el corazón de mis papas, hermanos, y amigos las cosas seguramente no las tendría.
Hoy siento de parte de Dios
recordarnos de quien venimos y hacia quien vamos y la respuesta es una Dios y
solo Dios es el inicio y el fin.
Tomemos el ejemplo de Dionisio
y Damaris que una vez escucharon de las nuevas de salvación dispusieron su corazón
para seguir aprendiendo de Dios y comenzar aplicar estas enseñanzas en su vida
pero sobretodo sus vendas se quitaron y ahora saben quién es el inicio y el fin
y de quien proceden todas las cosas.
El hombre (género humano)
hemos logrado cosas imaginables, pero si, no fuera porque Dios así lo
permitiera, no sería esto posible. Lo que sabemos hoy siempre ha estado,
simplemente que nos hemos dado cuenta hasta ahora que existe. Imagina si te
sorprende lo que sabes, ahora que sabemos de quien proviene todo y te dejas
llevar por la aventura de su amor cuanto más no podremos saber.
Bendiciones.
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