EN EL DESIERTO.

4:27 p.m.

Devocional semanal: 15 de octubre de 2016.

EN EL DESIERTO



Hola, buen día.

Amar y ser amados es un evento casi que imposible y único. Es tener la posibilidad de expresar toda tu acción en actos de amor y que estos sean correspondidos de la misma manera. El primer amor que podemos estar confiados es el amor de Cristo Jesús por cada uno de nosotros, nuestros padres y hermanos, amigos y parejas.

El amor es necesario en cada una de las etapas de la vida porque por decirlo de cierta manera va madurando nuestro ser, cuando nacemos necesitamos del amor de nuestros padres y ellos nos irán guiando en el paso de nuestra niñez y adolescencia, ahora también estaremos acompañados de nuestros hermanos (si los tenemos) cada uno de estos amores es diferente, por parte de nuestros padres podemos sentir que para ellos no existen imposibles, por eso solemos idealizarlos; en cuento nuestros hermanos son amigos que no se eligen, pero que van estar contigo para siempre. Es cierto no son un cuento de hada, algunas veces sentirán que son extraños, pero en el fondo sabemos que no importa que ellos siempre van a estar ahí. Los amigos son hermanos que se eligen.

El ser humano necesita amar y ser amado, y realiza esto en cada etapa de su vida, con diferentes personas y diferentes situaciones. Cada una tendrá una etapa y también su importancia. Dios es un amor permanente hacia nosotros, es decisión nuestra aceptarlo y dejarnos llevar en una relación bilateral.
No nos neguemos ante la posibilidad de amar, si estas en conflictos con tus padres, hermanos, amigos, pareja. Reconcíliate, ya es suficiente, cuando perdonamos nos llenamos más de amor y el amor es la expresión de Dios por eso es bueno y nos da una paz que sobrepasa toda paz.

Antes de comenzar ten un momento a solas con Dios y agradece por tenerlo en tu vida, dile que lo amas y estás dispuesto a iniciar una relación con él.

»Por eso, ahora voy a seducirla:
    me la llevaré al desierto
    y le hablaré con ternura.

15 Allí le devolveré sus viñedos,

    y convertiré el valle de la Desgracia
    en el paso de la Esperanza
.
Allí me corresponderá, como en los días de su juventud,
    como en el día en que salió de Egipto.
16 »En aquel día —afirma el Señor —,
    ya no me llamarás: “mi señor”,
    sino que me dirás: “esposo mío”.

17 Te quitaré de los labios el nombre de tus falsos dioses,

    y nunca más volverás a invocarlos.
18 Aquel día haré en tu favor un pacto
    con los animales del campo,
    con las aves de los cielos
y con los reptiles de la tierra.
    Eliminaré del país arcos, espadas y guerra,
    para que todos duerman seguros.
19 Yo te haré mi esposa para siempre,
    y te daré como dote el derecho y la justicia,
    el amor y la compasión.

20 Te daré como dote mi fidelidad,
    y entonces conocerás al Señor.
Oseas 2: 14 – 20 NVI.


Este es quizás de los más bellos pasajes de la biblia, Israel, Judá y la tribu de Efraín, después de que Dios los había sacado de Egipto y les había dado la tierra prometida se olvidaron de Dios y de su amor y misericordia. Decidieron orar a otros dioses y dejarse llevar por actividades paganas que estaban lejos de lo que era bueno y agradable para los ojos de Dios.

En esos días Dios utilizo a Oseas un hombre que profetizo al pueblo de Dios lo que el señor tenía pensado hacer con ellos, a fin de que su corazón volvieran a Dios. Antes Dios los haría pasar por grandes calamidades para que ellos recordaran quien tuvo misericordia y amor de ellos antes y volvieran a buscarlo. Pero cuando su pueblo aprendiera la lección volvería a gozar de la misericordia de Dios, les llenaría de su amor y perdón.

Cristo Jesús es la respuesta a esta palabra, Jesús le enseño al pueblo a volver  a Dios, Cristo murió por la iglesia a fin de que fueran uno solo. Por eso la iglesia es la esposa de Cristo y al ser esposos son uno solo. Es decir el pueblo y Dios serán uno porque ya no viviremos para la carne y los afanes del mundo sino que viviremos en el amor y la misericordia de Dios.
Cuando nos casamos con alguien no somos ajenos a su dolor, no es que cada quien vaya por su lado sino como dice la escritura será 2 en 1. Entonces para que la humanidad y Dios fuera uno solo tenía que venir Cristo Jesús a morir en la cruz, resucitar al tercer día y demostrarnos que Dios esta con los brazos abiertos para nosotros. En el momento en que tú y yo aceptamos a Cristo Jesús en nuestro corazón y confesamos con nuestra boca que él es nuestro Señor y salvador, hacemos parte de su iglesia, que él ha tomado por esposa para bendecirla, amarla y ser una sola.

Alabemos a Dios porque nos habla con ternura, ya no es nuestro Señor, sino nuestro esposo y está dispuesto a darnos derecho y la justicia, el amor y la compasión. Este es el tipo de amor que no te puedes negar, que grita te amo, y estoy aquí por siempre y para siempre.

¿No es acaso Dios lo más genial, perfecto y bello que puede existir? No hay otro igual, solo Cristo nuestro Dios que hoy nos dice que no es solo nuestro señor, sino que nos afirma y recuerda QUE SU IGLESIA ES TAMBIÉN SU ESPOSA.

No nos quejemos del desierto, es cierto es árido, no hay agua y parece que es el lugar para morir. Pero es también el desierto donde reconocemos nuestros errores, debilidades y nos arrepentimos y buscamos el rostro de Dios y es entonces cuando vemos que nunca se ha olvidado de nosotros y que siempre ha estado dispuesto a ayudarnos.

Bendiciones.


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