Devocional semanal: 30 de
octubre de 2016.
NO TE DESESPERES.
Hola, buen día.
Es increíble ver cuán grande y
maravilloso es Dios. En cada una de sus palabras nos reafirma su amor con cada
acto en nuestras vidas. Dios ha hecho promesas que debemos creer. Es cierto
algunas aún no se han cumplido, pero se cumplirán en tiempo. Es tanto
el fruto que da las promesas de Dios en nuestras vidas, que tienes que dar
otros y aún sigue sobrando.
Para cada promesa hay que tener paciencia. Abraham
espero hasta su vejez para ver cumplir la promesa que Dios le hizo a su vida, que
era darle un hijo junto con su esposa. Es cierto a lo mejor nos desesperamos,
creemos que nunca vendrá. Lo cierto es que lo que Dios promete el cumple. No en lo tiempo que
queremos, sino en los tiempos que Dios sabe que es el indicado.
Nosotros siempre estamos corriendo
por una cosa y otra, pero Dios NO. Él
sabe el tiempo correcto, este tiempo correcto es apto porque tenemos la preparación
y la madurez necesaria para afrontar la bendición. Abraham espero hasta la vejez, porque era el
tiempo indicado por Dios a fin de que él valorará más la bendición.
Cuanto quiso Abraham a Isaac
que era tan sagrado para él, pero no más que Dios y por eso iba a ofrendarlo. Pero al ver Dios
que su amor era más por Él, no permitió a Abraham ofrendar a Isaac. De hecho Dios no lo permitiría,
porque Dios no quita las promesas que da. Él te prueba en ellas para ver donde
está tu corazón. Cuando Dios vio el corazón de Abraham era con él,
lo bendijo tanto que hoy su descendencia como lo prometió, no se puede contar.
Cree en las promesas que Dios
hizo para ti. No te afanes, correr solo trae cansancio; antes trabaja y cree,
para que el tiempo en que se dé estés preparado y puedas hacer de ella la
mejor cosecha.
Antes de comenzar ten un
tiempo a solas con Dios y pídele paciencia para todo aquello que este por
llegar a tu vida.
17
No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis
manos.” 18 Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para
producir esa riqueza; así ha confirmado hoy el pacto que bajo juramento hizo
con tus antepasados. Deuteronomio 8: 17 – 18 NVI.
Algo que nos suele suceder es
que cuando estamos en lo alto, no hay problemas y todo nos sale bien, nos
olvidamos de Dios. Entonces empezamos a creer que por si solos podemos hacer
cualquier cosa. Es cierto, hay personas que no tienen a Dios en su corazón y las
cosas les salen bien. Entonces la pregunta sería: ¿Qué gano en poner mi confianza
en Cristo Jesús? La respuesta es sencilla. El que edifica sin Dios, construye
sobre la arena y apenas venga la adversidad no sentirá fuerza y todo lo que
haya tenido perderá. Pero si te guías y colocas tus metas y sueños en Dios y él
es la fuerza que te ayuda y completa a cumplir todo eso que deseas, entonces
construyes sobre la piedra y aunque vengas tiempos difíciles, la tierra se
mueva, y fuertes vientos la azoten, no perderás nada. Porque hay una muy buena
base sobre tus cosas.
Cristo Jesús siempre nos está
animando a seguir, y nos demuestra que para él no hay imposibles, que todo se
puede lograr, si tenemos fe y trabajamos en ello.
Recordemos que la fe sin la
obra no sirve; Y la obra sin fe tampoco. Porque
la obra es la materialización de la fe. Es decir veremos todo aquello por lo que hemos trabajado y esto traduce en
las cosas que hacemos y logramos.
0 comentarios