Devocional Diario

Devocional diario: 31 de enero de 2016.

3:28 p.m.


ARREPENTIMIENTO SINCERO.

 

Hola, buen día.

Ultimo día del mes de enero, nunca mas volverá enero del 2016, pero aun nos queda 11 meses de este año. Gracias a Dios por este mes que paso y sea bendiciendo febrero que inicia. 
Hay personas que demuestran ser felices y no lo son, están aquellas que parecen que todas sus emociones son planas pero quizá tiene las emociones más fuertes y habitan aquellos que reaccionan de acuerdo al momento.
Todas las emociones son necesarias, la alegría, tristeza, desagrado, furia; son participes de momentos claves en nuestra vida. Permiten que maduremos en otras.

Todos hemos pasados por esos momentos de tristeza que nos ayudan a ser 
fuertes para alcanzar esa alegría tan anhelada. O nos llenamos de furia ante la injusticia y este enojo nos permite crear conciencia sobre una situación. Es decir todas traen como resultado algo bueno. Lo malo es cuando solo una ella está en función de nuestras vida empezamos a ver con un solo color y no la paleta completa.

Antes de iniciar ten un momento a solas con Dios.

Judas se ahorca.
27 Muy de mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron la decisión de condenar a muerte a Jesús. Lo ataron, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.
Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos.
—He pecado —les dijo— porque he entregado sangre inocente.
— ¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!
Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.
Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «La ley no permite echar esto al tesoro, porque es precio de sangre.» Así que resolvieron comprar con ese dinero un terreno conocido como Campo del Alfarero, para sepultar allí a los extranjeros. Por eso se le ha llamado Campo de Sangre hasta el día de hoy. Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: «Tomaron las treinta monedas de plata, el precio que el pueblo de Israel le había fijado, 10 y con ellas compraron el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.»
Mateo 27: 1 – 10 NVI.

La culpa es tormentosa, distrae nuestro pensamiento y solo nos recuerda el hecho. La culpa lleva a cometer locuras. Judas no era ajeno a esta situación y con tal de acabar su remordimiento le puso fin con el suicidio.

Todas las cosas que hacemos tienen un efecto y este es de dos tipos bueno o malo. Tratamos de que todos sean bueno pero no todo el tiempo es así, algunas causan daño y es ahí cuando debemos reparar los errores. Pedir perdón y este perdón no solo es verbal sino de acción sintiendo un arrepentimiento sincero por lo sucedido.

Cuando pedimos perdón y este no es con el corazón, lo más seguro es que se vulva un habito.

Aprendí una vez que equivocarse es normal y que lo vuelvas a hacer es estupidez y que lo hagas parte de tu vida te hace un ignorante.
Pídele a Dios sabiduría, entendimiento, compresión y análisis para pensar lo que hacemos y lo que hagamos siempre sea de su agrado.

Bendiciones.

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