Parábola del siervo despiadado.
Hola, buen día.
Tu mi
sana distracción, que haces que evoque en mi mente mis más sinceros recuerdos. Como tus palabras dulces, tu compañía en mi
soledad.
Mi
amor no sé cuándo inicio, lo que si se es que estará todo el tiempo contigo.
Te amo
Dios.
Antes de iniciar ten un
momento a solas con Dios.
Parábola del siervo despiadado.
21 Pedro se acercó a Jesús y
le preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces tengo
que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?
22 —No te digo que hasta siete
veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—.
23 »Por eso el reino de los
cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Al
comenzar a hacerlo, se le presentó uno que le debía miles y miles de monedas de
oro. 25 Como él no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a
su esposa y a sus hijos, y todo lo que tenía, para así saldar la deuda. 26 El
siervo se postró delante de él. “Tenga paciencia conmigo —le rogó—, y se lo
pagaré todo.” 27 El señor se compadeció de su siervo, le perdonó la deuda y lo
dejó en libertad.
28 »Al salir, aquel siervo se
encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas de plata. Lo
agarró por el cuello y comenzó a estrangularlo. “¡Págame lo que me debes!”, le
exigió. 29 Su compañero se postró delante de él. “Ten paciencia conmigo —le
rogó—, y te lo pagaré.” 30 Pero él se negó. Más bien fue y lo hizo meter en la
cárcel hasta que pagara la deuda. 31 Cuando los demás siervos vieron lo
ocurrido, se entristecieron mucho y fueron a contarle a su señor todo lo que
había sucedido. 32 Entonces el señor mandó llamar al siervo. “¡Siervo malvado!
—le increpó—. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 33 ¿No
debías tú también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí
de ti?” 34 Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo
torturaran hasta que pagara todo lo que debía.
35 »Así también mi Padre
celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su
hermano.
Mateo 18: 21-35
Mateo 18: 21-35
La palabra de hoy no puede estar
más clara, Cuanto perdonas tu es lo que Dios te perdonara a ti. El señor es un
Dios de misericordia y le gusta que apliques lo que aprendes con él. Es común ver
cuando inicias una verdadera relación con Dios que empiezas a dar amor a tu prójimo
de manera desinteresada, porque Dios es amor y das lo que recibes, si recibiste
perdón, darás persona porque tu corazón fue curado de esa herida.
Entonces cuando veas en tu prójimo
que te hicieron algo malo, perdona. Dios no le importo todo lo que tu tenías, simplemente
te tomo, te sano, te dio ropas nuevas y un corazón nuevo. Este corazón nuevo, también
debe ser capaz de dar lo mismo que te dio quien te lo regalo.
Bendiciones.
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