El joven rico.
Hola,
Buen día.
Tu
mirada me tranquiliza, mi corazón se levanta y siente la energía de la valentía
que lo recorre. A tu lado no siento debilidades, a tu lado me siento
fortalecido.
Ten un
momento a solas con Dios.
El joven rico.
16 Sucedió que un hombre se acercó a Jesús
y le preguntó:
—Maestro, ¿qué de bueno tengo que hacer para obtener la vida eterna?
17 — ¿Por qué me preguntas sobre lo que es
bueno? —Respondió Jesús—. Solamente hay uno que es bueno. Si quieres entrar en
la vida, obedece los mandamientos.
18 — ¿Cuáles? —preguntó el hombre.
Contestó Jesús:
—“No mates, no cometas
adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, 19 honra
a tu padre y a tu madre”, y “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
20 —Todos ésos los he cumplido —dijo el
joven—. ¿Qué más me falta?
21 —Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes
y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
22 Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque
tenía muchas riquezas.
23 —Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que
es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. 24 De
hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a
un rico entrar en el reino de Dios.
25 Al oír esto, los discípulos quedaron
desconcertados y decían:
—En ese caso, ¿quién podrá salvarse?
26 —Para los hombres es imposible —aclaró
Jesús, mirándolos fijamente—, más para Dios todo es posible.
27 — ¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo
por seguirte! —Le reclamó Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso?
28 —Les aseguro —respondió Jesús— que en
la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su
trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos
para gobernar a las doce tribus de Israel. 29 Y
todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre,
hijos o terrenos, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos de los primeros
serán últimos, y muchos de los últimos serán primeros.
Mateo 19: 16 – 30 NVI.
Para seguir a Dios hay que llevar una vida desprendida de lo material y
ser dado a la responsabilidad, el amor y el servicio por el prójimo.
Nosotros podemos cumplir los mandamientos pero si nuestro corazón aún
tiene amor por las cosas de este mundo de nada sirve porque debemos elevar todo
lo nuestro al espíritu antes que la carne.
Seguir a Jesús y su mensaje de amor no es una obligación es una elección
de vida, que nos lleva a la bondad, el amor y la bendición.
Reflexionar.
¿Cuánto estas dispuesto a dejar por Jesús?
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