La Honestidad.
Proverbios 25:18, "Martillo y cuchillo y saeta aguda es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio".
La honestidad (Del latín honestĭtas, -ātis1 ) o también llamado honradez, es el valor de decir la verdad, ser decente, recatado, razonable, justo y honrado. Desde un punto de vista filosófico es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente. Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra.
Honesto es, el que actúa siempre conforme a la voluntad divina y conforme a su propia conciencia
la honestidad consiste en una vida que corresponde a la ley moral, y la ley moral la conocemos los creyentes como los diez mandamientos o la hermosa ley del amor, la ley de Cristo. Honesto es, pues, el que actúa siempre conforme a la voluntad divina y conforme a su propia conciencia.
¿Qué pasa si no soy honesto?
Si mi vida no corresponde a los principio legales y, sobre todo, morales, no soy digno de confianza. Pierdo credibilidad y prestigio moral: Nadie compra a un comerciante deshonesto, el desprestigio hará que su negocio quiebre y se vaya a la ruina.
Si hago trampas en el juego y quienes participan lo sospechan, jamás volverán a jugar conmigo, si no es que pasa algo peor.
El deshonesto es aislado y pierde la oportunidad de convivir con la gente buena, sólo le quedará rodearse de personas sin principios tan deshonestas como él.
En el plano religioso, la deshonestidad se considera como pecado, porque es violar a sabiendas una ley justa y la ley divina.
“Tus acciones son un reflejo de tu fe, y reflejar la verdad en tus acciones es parte de ser un buen testigo”
Realizado por: Graciela Pedraza Nieves.
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